Envejecimiento Activo una alternativa para las personas adultas mayores
* Isabel Ramírez
Las tendencias demográficas indican que la mayor parte de los países se acercan a un acontecimiento importante, la población adulta mayor está creciendo de forma acelerada y pronto superará en número a la población joven, hecho que se conoce como envejecimiento de la población o también como madurez de las masas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2000 habían 600 millones de personas Adultas Mayores de 60 años, lo que representa el 10% de la población del planeta. En Europa y América esta población sobre pasa ya el 20% del total de la población. Se estima que para el año 2050 aumente a 36.5 % millones, un poco más de una de cada cuatro personas serán adultos/as mayores.
La reducción de la tasa de natalidad y el aumento de la esperanza de vida al nacer han sido las responsables de que cada vez más, haya un mayor número de personas con más de sesenta años de edad. El envejecimiento de la población está relacionado con los cambios producidos en la estructura por edades de la población. Una sociedad envejece cuando aumenta la proporción de personas de 60 años y rejuvenece cuando aumenta la proporción de jóvenes.
Los resultados del último Censo de Población y Vivienda de El Salvador 2007, muestran que el país no es ajeno a estos procesos de transformación demográfica, el porcentaje de población adulta mayor de 60 años se encontraba arriba del promedio regional (11.1%) y en los próximos 25 años el porcentaje se elevará a 20.2%.
“Los impactos del proceso del envejecimiento de la población plantea nuevos desafíos para los gobiernos, que son los garantes de que la población adulta tenga una vejez digna, con pensiones de jubilación suficientes y con acceso al sistema de salud, lo que significa que hay tres sistemas económico-sociales que se ven directamente afectados por el envejecimiento demográfico: el sistema de jubilaciones, el sistema de salud y el sistema de atención social”.1
La creación de planes de acción para una adecuada atención a las personas adultas mayores es un reto para el gobierno actual, ya que a pesar del reconocimiento de este sector, sigue siendo uno de los grupos mas vulnerables de la sociedad salvadoreña, en el discurso presidencial de los 100 días, se señala que “El programa plantea la justicia social como fundamento para hacer un buen gobierno, sin desarrollo social no podemos luchar contra la desigualdad”; sin embargo en El Salvador hay un poco mas de 542 mil 191 de personal adultas mayores, y un buen porcentaje de esta población, no tiene una vivienda digna, acceso adecuados a la salud, están marginados o excluidos a razón de su edad, no son tomados en cuenta por sus familias y no se les involucra en procesos de participación comunitaria.
Por lo tanto, es responsabilidad del Gobierno y de la sociedad en general, garantizar que las personas adultas mayores tenga una calidad de vida digna y con Justicia Social, entiéndase como calidad de vida tanto las condiciones subjetivas relacionadas con la evaluación o apreciación del sujeto, como las objetivas, es decir las condiciones materiales evaluadas independientemente del sujeto. De tal forma que “la calidad de vida debe considerar tanto la apreciación subjetiva que el sujeto hace de su vida como la medición de sus condiciones objetivas”. 2
Una alternativa para enfrentar esta situación demográfica es “El Envejecimiento Activo”, que según la OMS, es el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen. El término también hace referencia a una participación en las cuestiones sociales, económicas, culturales y espirituales, además que reconoce los derechos de las personas adultas mayores; considerando la igualdad de oportunidades, para ejercer su participación (empoderamiento) en los procesos político, sociales y en otros aspectos de su vida.
El reto para este el gobierno es, garantizar una calidad de vida a las personas adultas mayores no solamente ayuda asistencial; sino la creación de legislación congruente con el proceso de envejecimiento, políticas públicas que responda al envejecimiento activo, crear espacios de participación, donde los adultos y adultas mayores puedan desarrollarse: Que los programas de los sectores públicos y privados sean congruentes con las necesidades primordial de las personas adultas mayores.
“La familia por otra parte tendrá la responsabilidad primaria de atención a las personas adultas mayores y el Estado estará obligado a brindar el apoyo a través de las instancias respectivas”.3 Es responsabilidad de todos y todas velar porque las personas adultas mayores, tenga una mejor calidad de vida, con dignidad, respeto, sobre todo equidad y justicia social; no se puede seguir considerando a las personas mayores como espectadoras de su destino, sino que deben ser escuchadas e incluidas; impactando directamente en la calidad de vida de su etapa adulta mayor.
“Cuando se ha comprendido lo que es la condición de los viejos no es posible conformarse con reclamar una “Política de la vejez” más generosa, un aumento de las pensiones, alojamientos adecuados. Todo el sistema es lo que `está en juego, y la reivindicación no puede sino ser radical: cambiar la vida”. Simone de Beauvoir
* Docente de Trabajo Social de la Universidad Luterana Salvadoreña.
Referencias:
1. Las tendencias demográficas de la población adulta mayor y sus implicaciones para las políticas públicas en materia de seguridad social. Fondo de Población de la Naciones Unidas 2010.
2. Rocío Fernández-Ballesteros, 1998, Calidad de vida: Las condiciones diferenciales.