La hipocresía al descubierto

Mauricio Manzano*

El término hipocresía procede del griego (hypokrisis), significa fingir o actuar una respuesta. En la cultura griega se utilizaba en el campo del teatro para referirse al actor, éste se colocaba una máscara (prósopon) o un disfraz para interpretar un personaje y así establecía diferencia entre lo real y lo aparente. En la actualidad la hipocresía se ha distanciado del campo artístico y se le ha dado un significado peyorativo, es asumida como una simulación de buenos sentimientos o ideas que generalmente se oponen a los que se sienten realmente, es un fingimiento que oculta segunda y hasta terceras intenciones con fines particulares o grupales.

En nuestro país, habitualmente algunos medios de comunicación, asociaciones civiles y el principal partido político de oposición, todos afines a los grandes oligopolios mediáticos, ocupan grandes espacios en periódicos escritos, televisivos y redes sociales hablando de dos temas principalmente: la delincuencia y la economía. Temas sensibles en la población, que remueven sentimientos de dolor, desesperanza y zozobra, esto es sabido y sentido por la mayoría de la sociedad y también es conocido por el partido Arena y la empresa privada.

Estas instituciones acusan al gobierno de no combatir con eficiencia y eficacia la delincuencia y el problema económico, alegan que se debe invertir más recursos en estos dos fenómenos sociales. El gobierno en reiteradas ocasiones ha manifestado la necesidad de un mayor presupuesto y del concurso de todos para enfrentar el problema, Sin embargo, al no contar con recursos suficientes ha recurrido a empréstitos, acción muy criticada por la empresa privada, por el partido Arena y algunos medios de comunicación. Lo incongruente de todas estas críticas y oposiciones a la política del ejecutivo por parte de estas asociaciones queda al descubierto.

El ministerio de hacienda ha hecho público un documento donde aparecen más de 12 mil empresas morosas con el fisco, el monto de la deuda sobrepasa los 372 millones de dólares. Este hecho ha corrido el velo de la empresa privada y ha dejado ver la actitud de fingir determinadas ideas y denuncias contra el gobierno central, pues sus acciones concretas son totalmente contrarias a su discurso,  fingen y actúan una respuesta, demandan al gobierno mayor inversión en seguridad, educación, salud etc., pero al mismo tiempo se oponen a toda actividad política que conlleve acometer el fenómeno de la inseguridad y, además, se resisten a pagar impuestos que vendrían ayudar al combate del problema,

En el listado de morosos figuran reconocidas empresas de energía eléctrica, bancos, telefonía, aseguradoras, droguerías, almacenes, líneas aéreas, entre otras. como CAESS, banco CITI, banco Azteca, droguería Santa Lucía, Telemovil, Digicel, La Centroamericana, TACA, Simán, el canal Dos, entre otras compañías y personas naturales que en conjunto adeudan al fisco $372.6 millones (Ministerio de Hacienda). Sin embargo, esto no es noticia para los medios de comunicación, no aparecen en sus portadas como titulares, ratificando con su indolencia su complicidad.

¿Cuál es el objetivo de la empresa privada de mantener una crítica permanente contra el gobierno, y el principal partido de oposición resistirse a toda acción que conlleve a contrarrestar el problema de la delincuencia y la crisis económica? Lo más probable es que sean fines políticos, desgatar políticamente al gobierno en los puntos más sensibles con la pretensión de recuperar el ejecutivo en las próximas elecciones del 2018.

Sin embargo, el descubrimiento de datos proporcionados por el Ministerio de Hacienda no sólo revela la deuda al fisco por parte de la gran empresa privada, también quita la máscara y deja ver la hipocresía de estos sectores de la sociedad.

*Investigador y catedrático de la Universidad Luterana Salvadoreña

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