La justicia debe prevalecer frente al derecho

Mauricio Manzano*

En Derecho hay una máxima que reza en latín “ius quia iustum, non ius quia iussum” (El Derecho debe ser obedecido no tanto porque está mandado y es una ley, sino porque lo que se manda es justo, porque busca el ideal de la justicia); pero, surge la pregunta: ¿Qué es lo justo y qué no lo es? Difícil saberlo y definirlo. En ocasiones la aplicación del Derecho deriva en consecuencias injustas.  Efectivamente, en ocasiones entran en conflicto la justicia y la seguridad jurídica. La seguridad jurídica demanda que el Derecho positivo se aplique aun cuando el resultado de la aplicación sea injusta, lo paradójico es que la seguridad jurídica es considerada una forma de la justicia, por tanto, cuando éstas entran en pugna lo que sucede es un conflicto de la justicia consigo mismo, pero: ¿A qué viene este planteamiento?

El estado de la cuestión es que el día 03 de junio nos despertamos con la noticia de que el Juez de Paz de Antiguo Cuscatlán, dictaminó el desalojo de al menos 80 familias que, según testimonios de los pobladores, han habitado por más de 40 años en la finca El Espino. Todas estas familias son de escasos recursos, afirman no tener a donde ir si son desalojadas, no gozan de un trabajo estable que les garantice la seguridad social, muchas son madres solteras, adultos mayores, todas son personas a quienes el Estado les ha negado la satisfacción de sus necesidades materiales y culturales como la salud, educación, vivienda, etc.

Al mismo tiempo, la familia Dueñas Herrera, propietaria del inmueble, demandaron su derecho de propiedad ante un juzgado exigiendo seguridad jurídica de su propiedad. El juez apegado a derecho y como garante ordenó el desalojo de los habitantes del inmueble que, según datos publicados por medios de comunicación, hace casi seis años, el Estado otorgó esas tierras a la familia Dueñas en permuta por unos terrenos que esta familia otorgó al Estado para la construcción del bulevar Monseñor Romero (Diario La Página, 2015, 03 de junio).

Por su parte, la Policía Nacional Civil (PNC) no consideró la orden judicial. El juez se quejo de “poca colaboración”, incluso, amenazo  a la PNC que si la institución no enviaba más elementos, podría levantar un acta explicando que se suspendió el procedimiento por “desobediencia” y “negación de auxilio”. Posteriormente se supo que la orden de no proceder por parte de la policía había venido de Casa Presidencial. Luego, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ordenó la suspensión del desalojo argumentando que las personas afectadas nunca tuvieron la posibilidad de defenderse ante los tribunales que los catalogaron de invasores.

Es obvio que estamos frente a un caso de conflicto jurídico. En axiología jurídica, que es el estudio de los valores jurídicos en la elaboración y aplicación de la  norma, se afirma que el ideal justicia es el imperativo categórico en la aplicación del derecho, y la justicia debe englobar la distribución equitativa de los bienes, la aplicación de las leyes no deben perjudicar a determinados individuos o grupos, el Derecho positivo que produce injusticia no debe ser aplicado, «la Justicia debe ir más allá de lo que las leyes dicen», decía Aristóteles.

Además, en el caso de las personas que habitan la finca del Espino no son usurpadores, son víctimas del sistema injusto en que se vive en El Salvador;  el Estado no les ha garantizado sus derechos. No es usurpación, las personas que habitan en esos terrenos no la han hecho de mala fe, sino impulsados por la ausencia y necesidad de una vivienda. Antes de ser “usurpadores” se les ha negado sus derechos constitucionales de un bienestar económico y de una vivienda digna.

En fin, en la defensa de los derechos de una persona o grupo se debe cuidar que no se atropelle la dignidad de la persona. Parafraseando a E.      ..duardo Couture:  el deber es luchar y aplicar el Derecho; pero cuando el Derecho y la justicia entren en conflicto, el deber primario es luchar por la justicia.  

*Investigador y catedrático de la Universidad Luterana Salvadoreña.