Un caballo de Troya en la Educación (II)

Deysi Cheyne*

En mayo recién pasado,  en Corea del Sur, se llevó a cabo el Foro Educativo Mundial 2015, un evento convocado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), al que asistieron 1500 representantes de alto nivel de 130 países. El lema del foro fue: “Hacia una Educación inclusiva, equitativa y de calidad y aprendizaje a lo largo de la vida para todos”.

El foro fue inaugurado por Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, con la presencia de la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, el Presidente de la República de Corea, Park Geun-hye, y el Presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim. El Salvador estuvo representado por el Vice-Ministro de Educación, Licenciado Francisco Humberto Castaneda.

“La educación garantiza los derechos humanos, incluyendo la salud y el empleo”, expresó el Secretario General de Naciones Unidas; mientras que la Directora Irina Bokova señaló: “Sabemos del poder de la educación para erradicar la pobreza, transformar las vidas y avanzar en todas las Metas de Desarrollo Sostenible del Milenio”. Por su lado, el Presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim, destacó que “es una tragedia que 250 millones de niños no puedan leer o escribir, aunque hayan asistido a la escuela” . . . por lo menos cuatro años, agregando que un billón de personas, es decir, la séptima parte de la población mundial, vive en condiciones de pobreza extrema, asumiendo que “mejores resultados en el aula ayudarán a terminar con la extrema pobreza”.

En dicho evento se abordaron cinco temas clave: a) el derecho a la educación, b) la equidad en educación, c) la educación inclusiva, d) la calidad de la educación y e) el aprendizaje a lo largo de la vida. Sin duda, los grandes desafíos de la educación en el mundo de hoy.

El análisis y sus conclusiones fueron expuestos al cierre del evento en la llamada “Declaración sobre el Futuro de la Educación”, considerada por la Directora General de la UNESCO como “un paso gigantesco hacia adelante”, la cual será aplicada en una especie de hoja de ruta que constituye el denominado: “Marco de Acción- Educación 2030”, cuya adopción por parte de los gobiernos iniciará a finales de este año.   Tanto esta Declaración como el Marco de Acción, urgen a los gobiernos de los países miembros a “establecer metas de gasto apropiadas y aumentar la asistencia oficial para el desarrollo en los países de bajos ingresos (UNESCO, 2015), así como de marcos legales y políticos efectivos para la educación que incluyan la rendición de cuentas, la transparencia y la participación.  Las metas de esta declaración incluyen aquellas que no pudieron ser cumplidas en el marco de los llamados OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO (ODM) y las nuevas metas que pasan a ser parte de los nuevos OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE (ODS), asumidos por Naciones Unidas para los próximos 15 años.

Para el caso salvadoreño, esta agenda educativa demandará un mayor presupuesto para educación, una adecuada coordinación ínter-ministerial y un diálogo con las organizaciones no gubernamentales dedicadas a la educación, así como una alta articulación con las entidades de educación superior y los diferentes gremios magisteriales.

Pero, por qué muchas de las personas asistentes al foro se mostraron alarmadas por los resultados del mismo. Qué indicios preocupantes encontraron en los debates generados que les llevó a dirigir una carta a la propia Directora General de la UNESCO, la Dra. Bokova, expresando su descontento con  lo que se había consensuado a nivel mundial.

A continuación, destacamos los elementos más interesantes del foro y las reacciones de los más de 200 educadores/as y expertos/as expresadas en la carta.

El Foro Educativo Mundial de 2015 revisó las metas que habían sido la apuesta estratégica entre 2000 y 2015: Meta 1: Expandir y mejorar la educación y la atención infantil temprana, particularmente para la población más vulnerable y los niños en situación de desventaja. Meta 2: Asegurar que para 2015 todos los niños, particularmente las niñas en circunstancias desventajosas, y aquellos que pertenecen a las minorías étnicas, tengan acceso a la educación primaria completa, de buena calidad, gratuita, equitativa y obligatoria. Meta 3: Garantizar que las necesidades de aprendizaje de todos los jóvenes y adultos sean alcanzadas mediante un acceso equitativo a los programas de aprendizaje, que incluyen las habilidades para la vida. Meta 4: Lograr un 50 por ciento de mejoramiento en los niveles de alfabetización de adultos para 2015, y lograr equidad de acceso a la educación básica y continua para todos los adultos. Meta 5: Eliminar las disparidades de género en la educación primaria y secundaria para 2005, y lograr calidad en la educación para 2015, enfocadas en garantizar que las niñas tengan acceso y logro, igual y completo, a la educación básica de buena calidad. Meta 6: Mejorar todos los aspectos de la calidad de la educación y garantizar excelencia para todos, de manera que los resultados de aprendizaje en literalidad, numericidad y habilidades esenciales para la vida, sean identificables y puedan medirse.

Esta revisión indicó las insuficiencias que aún persisten a nivel mundial: según la UNESCO, hay 58 millones de niños (la mayoría niñas) y 63 millones de adolescentes fuera de la escuela. Además, 250 millones de niños no están adquiriendo las habilidades más básicas a pesar de que más de la mitad de ellos han pasado al menos cuatro años en la escuela. En cuanto al analfabetismo en adultos, la cifra asciende a 781 millones de personas. Igualmente, solamente uno de cada dos niños refugiados asiste a la escuela primaria y uno de cada cuatro a la secundaria. Estas cifras y las de pobreza reflejan que los Estados no cumplieron con su compromiso y ahora únicamente se están planteando nuevas metas que, de seguir en el mismo modelo, simplemente no van a ser alcanzadas. Si muchos de los nuevos objetivos del milenio dependen de la educación que se alcance, entonces, el tema se vuelve crucial para los que toman las decisiones en este campo, reconociendo las causas de las deficiencias educativas y las graves consecuencias que se generaran si se continúa con un abordaje superficial como hasta ahora.


Por su lado, la Presidenta de Education International, una organización que representa a más de 30 millones de profesores y personal educativo en el mundo, Susan Hopgood, destacó al final del foro: “Todos estamos de acuerdo en que todo estudiante tiene derecho a una educación pública de calidad y gratuita, sin embargo, para alcanzar cualquier objetivo educativo, se debe garantizar a los estudiantes que en cada aula habrá profesores bien formados, cualificados profesionalmente, motivados y que dispongan de los recursos necesarios. Proporcionar una educación de calidad para todos requerirá cambios en los sistemas educativos. Para implementar el Marco de Acción Educación 2030 y mejorar la calidad de la educación, es fundamental transformar nuestros sistemas educativos en sistemas que fomenten una cultura abierta y colaborativa”.


La calidad educativa es, sin lugar a dudas, el mayor desafío que tienen por delante los Estados. Y este es un tema que debe ser abordado a nivel de las Instituciones de Educación Superior pues son ellas las llamadas a asumirlo en coordinación estrecha con las entidades rectoras de los sistemas educativos nacionales de cada país.


Un hecho muy destacado durante el foro fue la presencia de varias decenas de educadores, académicos e investigadores del sector de educación de una treintena de países de los cinco continentes, cuyos conocimientos les permitieron ver más allá de los discursos pronunciados por las autoridades participantes. 225 de ellos remitieron al final del foro,  una carta dirigida a la Dra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, señalando su preocupación por el giro economicista que han tenido muchos eventos recientes de la UNESCO, especialmente el Foro Mundial de Educación realizado en Incheon, Korea. 1


En tal sentido, la carta llama la atención en varios aspectos estratégicos: “el riesgo que contiene para la perspectiva humanista e integral de la educación, el renovado protagonismo de los llamados “aliados” o “socios mayores” expresados en instancias financieras y económicas globales quienes se consideran habilitados para dirigir la agenda educativa planetaria; la preocupación respecto al escaso protagonismo que siguen teniendo los idiomas castellano y portugués en los eventos mundiales; la poca participación de maestros, maestras , profesores e investigadores educativos en los encuentros educativos mundiales organizados por UNESCO como el Foro Mundial de Educación; la necesidad de trabajar de manera renovada para garantizar el derecho humano a la educación para todos y todas,  la educación pública, gratuita y de calidad para todos y todas, así como la recuperación de una mirada de la educación guiada por las ciencias pedagógicas  y no por la lógicas del mercado”.


La carta hace un llamado dramático a luchar contra “el APAGÓN PEDAGOGICO GLOBAL, señalando que “la educación como derecho humano fundamental y como garantía de sociedades justas, equitativas e incluyentes constituye una de las más hermosas esperanzas de los pueblos del mundo. Cada vez que un niño, niña, adolescente o adulto se incorpora a la educación, estamos trabajando para un mundo democrático, justo, inclusivo, solidario, en paz y ecológicamente viable”.


Los firmantes de la carta destacaron que “el discurso de la calidad educativa viene siendo utilizado por parte de los organismos económicos internacionales, como el “Caballo de Troya” en el cual se introducen las contrarreformas educativas que reducen el papel de los sistemas educativos al desarrollo de un pequeño grupo de aprendizajes y a una competición sin sentido entre las instituciones escolares por posicionarse en rankings”. En la carta, denuncian “las fuertes presiones de determinados organismos economicistas y financieros transnacionales, promotores de políticas y economías neoliberales, los cuales están contribuyendo a un notable abandono de concepciones educativas destinadas al desarrollo integral y la felicidad de la ciudadanía.  


“Dra. Irina Bokova, señalan, “con preocupación evidenciamos en buena parte de los discursos desarrollados en los paneles centrales del Foro de Incheon una preeminencia de las miradas economicistas y reduccionistas de la educación, en detrimento de la mirada pedagógica que contempla al ser humano en todas sus dimensiones, no exclusivamente las relacionadas con las necesidades de la economía neoliberal. Palabras como mercado, economía, desarrollo industrial eclipsaron los discursos y claves pedagógicas cuyos argumentos promueven reformas e innovaciones educativas destinadas a empoderar a las generaciones más jóvenes.


A partir de las ideas expuestas, es urgente e impostergable que la UNESCO retome el papel orientador de la educación desde los campos de conocimiento que le son propios: las ciencias de la educación. Sólo así podrá hablarse de una buena asociación para la agenda 2015-2030, en la cual organismos como el Banco Mundial, la OCDE, el FMI y el BID, no determinen el rumbo de los sistemas educativos. Maestras, maestros y profesorado en general de todo el orbe vemos y venimos planteando con preocupación la postergación de la mirada educativa integral por parte de instancias internacionales cuya naturaleza y función en la gobernanza mundial es otra. Se debieran potenciar modelos y filosofías educativas desde una comprensión holística de la educación que asuma la fuerza de la relación dialéctica entre lo global y lo local en los sistemas educativos y en la propia labor de aula.


Vemos con enorme preocupación que políticas destinadas a impulsar una globalización económica neoliberal y políticas de mercado de homogeneización cultural se coloquen como piedras angulares de la actividad educativa. Visualizamos una peligrosa tendencia a que se genere un Apagón Pedagógico Global (APG) como resultado de la fragmentación de la pedagogía como totalidad interpretativa del hecho educativo. Cuestión que viene ocurriendo como producto de la imposición de modas didácticas, evaluativas, gerenciales, y de un fuerte y sesgado control de los currículos obligatorios, con el fin de conformar un homo economicus y un homo consumens.


En el presente, se pretende reducir el conocimiento profesional, el capital profesional del profesorado, exclusivamente a una medición de aprendizajes, y se percibe que las nuevas voces expertas son las de los especialistas que diseñan y orientan sistemas de evaluación positivista con finalidades que estimamos son ajenas a una educación verdaderamente integral. Poco pareciera importar que la formación y lugar de trabajo de estos nuevos expertos sean organizaciones transnacionales, empresas y fundaciones asociadas al sector financiero, en lugar de universidades e instituciones educativas.


SeñoraBokova, estamos seguros de que usted tomará estas observaciones de carácter sustantivo como un esfuerzo por ayudar a concretar la convergencia de agendas educativas y una ratificación de nuestra esperanza en que la UNESCO se convierta en un auténtico foro multicultural, plurilingüistico y esencialmente educativo.
La UNESCO debe posibilitar el encuentro de las miradas de los responsables de gestión de los ministerios de educación de los países miembros, pero también de millones de educadoras y educadores del mundo que día a día desde las universidades, institutos y escuelas hacen posible avanzar en el logro de la educación para todos y todas como un derecho humano fundamental.


 En este sentido, consideramos que las voces del profesorado, de las y los estudiantes y de otros especialistas en educación del mundo que resisten a la mercantilización de la educación y a la pretensión de una robotización desde las instituciones educativas de la inmensa mayoría de los seres humanos, son insustituibles en los Foros Educativos Mundiales. Invitamos a usted y a la UNESCO a trabajar juntos en ello”.


Así finaliza la carta firmada individualmente por 225 expertos en educación quienes con un gran esfuerzo se habían hecho presentes en el foro y que pudieron encontrar la manera de hacerse sentir en este espacio mundial. El gobierno de El Salvador, y especialmente su Ministerio de Educación, debe analizar detenidamente el planteamiento hecho por ellos, y llamar a una discusión amplia y participativa a los diversos sectores sociales que tienen mucho que decir en relación a nuestro sistema educativo. El diálogo debe abrirse sin miedo alguno, reconociendo que el desafío es muy grande para que únicamente sea enfrentado por el aparato estatal. Señor Ministro, tiene la palabra.

*Coordinadora de la Unidad de Género de la Universidad Luterana Salvadoreña

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