Los papeles de Panamá: voraz lucha económica

Rubén Fúnez

 

En la medida en la que van apareciendo más datos, simultáneamente van aparecimiento nuevas maneras de acercarse a lo que está en juego en Los papeles de Panamá. En un artículo anterior, dijimos que era probable que aquellos sucesos estuvieran poniendo de manifiesto la lucha atroz entre aquellos que se están disputando, lo poco que le está quedando a nuestro mundo. Seguimos creyendo de que es una interpretación legítima. Sin embargo, los datos nuevos que han ido apareciendo enriquecen aquella primera interpretación.

 

Es evidente que estamos asistiendo a un escenario mundial en el que ya no es Estados Unidos el único protagonista, el único dueño del mundo, sino que han ido apareciendo nuevos y poderosos personajes, por un lado tenemos al presidente ruso, Vladímir Putin y por el lado de China a Xi Jinping. Como ya lo hiciera notar el economista inglés G. Standing, el surgimiento en escena de China, ha trastocado estructuralmente, el mercado mundial. Son numerosas las empresas que se ven incapacitadas de competir con la industria China. Y como el mismo Putin a declarado la campaña en Siria les ha sido beneficiosa, han podido vender 15 mil millones de dólares en armas, y los encargos para los próximos años oscilan entre los 50 mil millones, de tal manera que la infraestructura ya no es suficiente para tal demanda. Se trata de un poderío económico y de un poderío militar. En este contexto se establece una rigurosa alianza estratégica entre chinos y rusos, porque ambos entienden que el enemigo común es Estados Unidos. Y Estados Unidos entiende o al menos tiene que entender que, como lo ha repetido reiteradamente el presidente ruso, hay que “respetar” a Rusia.

 

En este escenario la hipótesis que se está esgrimiendo es que los papeles de Panamá lo que en el fondo buscan es desprestigiar a Putin para, como el mismo lo dice: “desestabilizar la situación social y política en Rusia” y esta coyuntura, es la más adecuada dado que buscan “debilitarlo antes de las elecciones parlamentarias que se llevarán a cabo en este año”. El presidente ruso tiene la pretensión de reelegirse en las próximas elecciones y, por lo tanto, requiere un parlamento que mayoritariamente esté a su favor. Cuestión que se vería oscurecida en el caso que estuviera involucrado, él o sus amigos en los papeles de Panamá.

 

Desde esta perspectiva, los papeles de Panamá están enfilados contra Putin. Se trata de una hipótesis verosimil. A Estados Unidos no le conviene que, como dice V. Putín “Rusia sea independiente, fuerte, eficiente, moderna y orientada al futuro. Que sea un país en el que vivir resulte cómodo, agradable y prestigioso” pero sobre todo no mira con buenos ojos la “independencia de la política exterior del Kremlin, en particular en Ucrania y Siria”. En este sentido, Rusia está emergiendo como una potencia que impide a los Estados Unidos que se sientan los dueños del mundo.

 

Hay una segunda hipótesis. Es de sobra conocido que la crisis inmoviliaria del 2008, dejo herida de muerte la economía estadounidense, y esta crisis se ha ido agudizando. En este sentido, se dice que el desvelamiento llevado a cabo en Los papeles de Panamá, buscan crear en el imaginario del inversionista, la impresión que paraísos fiscales como estos, no son lo suficientemente seguros para que depositen en ellos su dinero. Entonces parece que el momento segundo podría ser vender la idea que Estados Unidos es un buen candidato, en tanto paraíso fiscal. Es decir, del mismo modo que a partir de la crisis en Grecia, inversores portugueses, españoles e italianos optaron por invertir en Alemania, se está procurando que en lugar de Panamá y de todos los paraísos fiscales conocidos, se opte mejor por Estados Unidos.

 

¿Qué podemos decir de todo esto? Volvamos al punto de partida. Estados Unidos se está presentando ante el mundo como el garante de la transparencia, Estados Unidos es el luchador contra la corrupción. Nos preguntábamos, anteriormente si de verdad está tan comprometido con la lucha contra la corrupción o si más bien, esta supuesta lucha cubre los auténticos intereses, pero en este caso, tanto de tirios como de troyanos.

 

¿Qué es lo que en rigor pasa en el mundo? Hayek nos pone en la pista de la respuesta. Este pensador austriaco pensaba que “en el pasado, ha sido la sumisión a las fuerzas impersonales del mercado lo que ha hecho posible el desarrollo de la civilización. (Y) es esta sumisión la que nos permite a todos construir algo que es mayor a lo que cada uno de nosotros pudiera construir”. Si para los modernos la razón se erigió en un dios, para Hayek el verdadero Dios es el mercado; es esta institución la que va a resolver la mayoría de problemas que tiene planteado el género humano, siempre y cuando no hayan intromisiones ilegitimas.

 

Paradójicamente, muchos sean de izquierda o de derechas están convencidos de dicho postulado. Cuando ven el mundo en lo único que piensan es en el modo como lo convierten en un inmenso mercado. Tanto los Estados Unidos como Rusia y China en lo que están enfrascados es precisamente en la lucha por el control del mercado. Y para hacerlo compiten en todos los frentes, tanto en lo que hemos llamado capitalismo formal, como en el capitalismo informal.

 

Es decir, los que especulan en los paraísos fiscales, son los mismos que están despotricando contra la competencia desleal de dichos paraísos. Desde esta perspectiva no es que se pueda hablar de la opacidad de una sociedad, la especulativa, sino que lo opaca es la sociedad en su totalidad. Y en esta opacidad quienes salen gananciosos son los mismos: los poderosos de siempre, poderosos que no los diferencia su vinculación ideológica, sino su voracidad económica. Y esto hay que tenerlo claro, no estamos ante una lucha ideológica, y esto hay que decirlo en todos los frentes, sino estamos ante una lucha económica y política por el control de un mundo, que como dijimos en otra parte, ya muy poco le queda por esquilmar.

 

*Investigador y catedrático de la Universidad Luterana Salvadoreña

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