Posibles escenarios de la escuela salvadoreña
David Quintana*
En el marco del 25 aniversario de los denominados “acuerdos de paz,” el año escolar en El Salvador, correspondiente al periodo 2017, acorde a estadísticas del MINED (2015) dio apertura“ en 6,049 Centros Escolares, de los cuales un 15% de son centros privados,” Esto significa que según el censo escolar 2015, un total de 57, 143 docentes, emprendieron nuevamente la ardua labor de orientar los procesos de enseñanza-aprendizaje, en un contexto cada vez más inestable para la labor de cada uno de los miembros de la Comunidad Educativa, lo cual, da la pauta para el análisis de 4 posibles y cercanos escenarios que tienen como denominador común la “precariedad de respuesta” de la escuela salvadoreña.
En un primer escenario, se visibiliza a la escuela salvadoreña como “una institución obsoleta,” en la medida que componentes de calidad tales como: Formación docente, inversión en educación, diseño curricular, participación e involucramiento de la familia, entre otros; continúen no siendo pertinentes ni potenciados de manera armónica, aunado al inevitable avance de la tecnología, el probable aumento de espacios de formación técnica en áreas que demande el mercado, los cuales podrían volver secundaria y de muy poco valor la función social de la escuela pública, agregado al creciente descrédito alcanzado por las instituciones educativas públicas en términos de calidad.
Un segundo escenario estaría potencialmente conformado por la continua implementación de pruebas piloto, siendo muestra de ello las escuelas de Tiempo pleno en determinadas zonas del país, dado las particulares condiciones demográficas y socio-económicas de las instituciones educativas, lo que implicaría continuar “probando recetas educativas” a manera de prueba de ensayo y error en la orientación de los procesos de enseñanza-aprendizaje en la escuela salvadoreña.
Al observar la carente eficiencia y eficacia con que se han aplicado los programas insignia emanados del Plan Social Educativo “Vamos a la escuela”, un tercer escenario para las instituciones educativas públicas, significaría la pérdida y/o desaparición de programas como: el vaso de leche y paquetes escolares, al ser insostenibles política y económicamente a mediano y largo plazo.
Un cuarto panorama de cara al siglo XXI en la escuela salvadoreña, podría significar, “el cierre de la escuela pública” ante la vulnerabilidad e inmersión progresiva de militantes de maras y pandillas que asisten a los Centros Escolares en calidad de estudiantes, ejerciendo diversos tipos de violencia al interior de los Centros de estudio, las cuales, en su mayoría, no pueden ser registrados en los informes que son enviados al MINED. Realidad que afecta no solo la calidad, sino también la cobertura escolar.
En suma, acorde al censo escolar 2015 realizado por el MINED (2015) aproximadamente más de 1,556,710 estudiantes, a partir de las valoraciones propias realizadas en el presente artículo, estarían experimentado de manera directa e indirecta las repercusiones de alguno de los 4 posibles escenarios de la escuela pública salvadoreña en el mediano y largo plazo.
*Investigador y catedrático de la Universidad Luterana Salvadoreña.