El Salvador: La Educación Virtual en el contexto de la Tercera Revolución Industrial

 

Carlos Molina Medrano

 

No es ningún secreto que la educación atraviesa actualmente una auténtica revolución, esa revolución no es solo tecnológica como se suele concebir, al contrario, esta revolución tiene su epicentro en el cambio de época al que asistimos.

 

Habrá que precisar bien lo antes planteado. Para muchos pensadores estamos frente a la Tercera Revolución Industrial, el icono de ellos es Jemery Rifkin, quien por cierto tiene un libro titulado de esa misma forma:La Tercera Revolución Industrial. Cómo el poder lateral está transformando la energía y cambiando el mundo”.

 

Rifkin es sociólogo y economista estadounidense y en los últimos años ha provocado revuelo con sus planteamientos polémicos como el Fin de la centralidad del trabajo o su planteamiento de que el Capitalismo coexiste con un sistema llamado el Procomun Colaborativo. De igual forma, ha planteado que la muerte del Capitalismo vendrá de su propio éxito, de sus propias entrañas, en su último trabajo lo deja entrever claramente La sociedad del coste marginal cero.

 

Sintetizando, la primera revolución industrial se basó en la máquina de vapor alimentada por carbón, y la segunda en el motor de combustión interna alimentado por el petróleo y sus derivados, la tercera revolución debe basarse en las fuentes renovables: el sol, el aire, el agua, la geotérmica y en una nueva forma tanto de generación como de distribución de esta energía: una distribución horizontal y descentralizada en lugar de la vertical y centralizada que aún tenemos hoy.

 

En esta revolución la tecnología es un pilar fundamental, así como lo es en la llamada globalización. La tecnología es la cara más amable de esta globalización neoliberal que acontece en estos tiempos y que fenecerá más temprano que tarde por su acentuada inviabilidad.

 

Bajo este contexto, el otro pilar fundamental de esta revolución es la educación. Ningún Estado sea neoliberal o tenga cortes progresistas o hasta revolucionarios, desestimará este pilar como el eje para mantener o cambiar el status quo. La educación es y seguirá siendo un aparato ideológico fundamental tanto para los imperios como para los Estados nacionales, o quizás precisemos mejor, para los países centrales y los países periféricos.

 

Pero esa educación ya no es la misma educación napoleónica, la educación de aquella primera revolución industrial que concebía al estudiante como un componente pasivo de la producción o de la segunda, que se caracterizó por leves matices, se trata de la más grande revolución experimentada en la educación desde aquel entonces.

 

Esta revolución en la educación encontró no solo a la pedagogía como su principal impulsor, sino a la tecnología, pero también a la Psicología y la Sociología con singular participación. El gran debate que se cierne ahora a nivel ideológico en lo relativo a la educación es: una educación por competencias para el mercado o una educación crítica para la transformación de la sociedad.

 

En muchos casos, esa relación se pretende volver armónica, en otros casos la relación es de antagonismo. Lo cierto es que se necesita una educación que busque generar conciencia y capacidad crítica, pero también debe ser impulsora de la creatividad y de la innovación para que tenga un sentido revolucionario.

 

La educación del Siglo XXI es ya una educación fuera de la rigidez y de la pasividad que marcó la educación de los siglos anteriores, es una educación donde los seres humanos sumergidos en una sociedad que cambia tan radicalmente y que cuenta con un acervo de información inmenso, aspira a convertirse en una sociedad del conocimiento. No es poca cosa a lo que se alude.

 

Una sociedad del conocimiento según como lo concibe la UNESCO, no pone énfasis en la información como un fin, sino como instrumento para ir hacia un desarrollo del ser humano basado en los derechos de éste”[1 p. 29]. Supone algo que los Sistemas Educativos Nacionales nunca buscaron: la autonomía del ser humano.

 

Tal como refiere la misma UNESCO en torno a la Tercera Revolución Industrial, se trata de una revolución de las nuevas tecnologías [1, p. 29]. En ese sentido la Educación Virtual, esa que emplea las Tecnologías del la Información y de la Comunicación como el medio para desarrollar el proceso de aprendizaje, especialmente del Internet, deben partir de una concepción clara de cultivar la autonomía del estudiante, y es en esos término en los que la UNESCO lo plantea: la búsqueda de un desarrollo inclusivo. Así mismo, replantear el papel del Estado, para que no juegue el papel mínimo de declarar derechos para la ciudadanía sino que busque el goce de éstos para las mayorías.

 

Pero por qué hacemos alusión nada más a lo que hoy conocemos como Educación Virtual y no a las otras modalidades, enfoques o estilos de educación que convergen en la educación actual y que emplean las TIC como medio. Porque creemos que esa Educación Virtual es la educación del presente y la del futuro, lo planteamos no como modalidad, sino como el medio por donde fluirá el proceso de aprendizaje, pero también por sus preceptos pedagógicos y didácticos remozados.

 

Para aunar más a la anterior idea, es necesario ver la educación del Siglo XXI no vinculada a la escuela, sino vinculadas con la creación, recreación y mutación de escenarios de aprendizaje en cualquier lugar físico o virtual. La educación está dejando de ser la misma y es urgente reconocerlo.

 

Luego de este breve recorrido, es obligatorio esbozar algunas ideas para que El Salvador haga transitar su Sistema Educativo Nacional hacia la Educación del Siglo XXI. No es una tarea fácil, pero haremos el intento sintetizándolo en estos puntos:

 

  1. Buscar el consenso de los principales sectores para impulsar un proyecto de país donde la educación sea una punta de lanza. Unilateralmente, ningún gobierno podrá encausar reformas educativas exitosas, de eso tenemos muchos ejemplos.

  2. El sector público y el sector privado deben ponerse de acuerdo en invertir en la infraestructura del Sistema Educativo Nacional, tanto física, tecnológica, formativa, logística, entre otros aspectos.

  3. El gobierno debe invertir en su propia infraestructura tecnológica, concebida para brindar acceso a todo su sector y servicios a la ciudadanía, sin depender del sector privado. De esa forma también puede garantizar acceso tecnológico al Sistema Educativo Público.

  4. Tanto el sector público como el sector privado deberían impulsar programas nacionales de formación y de autoformación para la ciudadanía en temas bien precisos, como el uso de las tecnologías como herramientas de aprendizaje.

  5. Diseñar e implementar un programa de formación para el magisterio a nivel nacional con énfasis en el uso de las TIC y en pedagogía contemporánea.

  6. Crear una instancia que diseñe con el concurso de los diversos sectores del país, las políticas de educación y formación, de igual forma, que vele por la calidad de la misma. Esta instancia debe realizar diagnósticos continuos de la pertinencia de la educación y de la formación.

  7. Crear plataformas virtuales de formación y de autoformación en áreas que requieren de conocimiento que se actualiza constantemente (actualmente casi todas las áreas del conocimiento).

  8. Adquirir, construir y emular para producir modelos alternativos de equipos computacionales de bajo costo, para garantizar el acceso de los estudiantes a la tecnología, la educación y la formación.

  9. Hacer una apuesta de país por la producción, uso y divulgación del Software Libre, con mucho énfasis en la formación y autoformación.

  10. Diseñar e implementar una modalidad de educación virtual para el Sistema Educativo Nacional desde la primaria hasta la educación superior, con sus respectivas normativas y sistemas de evaluación adecuadas a dicha modalidad.

 

Es necesario iniciar debates en torno a una nueva educación en El Salvador, sirva este breve aporte para que sea parte de ese debate.

 

Referencias:

 

[1] UNESCO, «Hacia las sociedades del conocimiento: informe mundial de la UNESCO.», 2005. [En línea]. Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001419/141908s.pdf. [Accedido: 13-abr-2016].

 

 

 

*Catedrático e investigador de la Universidad Luterana Salvadoreña

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