“Participación de las Mujeres en la Seguridad Pública”

Deysi Cheyne*

 

Con este sugestivo título, otro grupo de estudiantes de la cátedra de “Mujer y Sociedad” se propuso investigar sobre la situación y condición de las mujeres incorporadas en la Policía Nacional Civil (PNC), tratando de elaborar un perfil actualizado de ellas como un sector muy específico de la sociedad salvadoreña. En el desarrollo de la investigación, el equipo solo pudo entrevistar a una mujer policía que explicó las dificultades que tenían para proporcionar información de su trabajo.

 

Ante tal situación, el grupo investigador elaboró un perfil a partir de la bibliografía revisada, lo cual no desvaloró el resultado logrado ya que les permitió adentrarse en una conocimiento nuevo relacionado con mujeres que juegan un rol muy importante en nuestra sociedad, caracterizada por la inseguridad ciudadana y la impunidad. La teoría de género fue el marco conceptual que aportó en el análisis de los resultados.

 

Estudiar este tema es relevante, plantea el grupo de estudiantes, se necesita visibilizar a este sector dentro de la PNC a pesar de que constituyen solo el 8.6% del total de agentes. Por qué razón son tan pocas? Hay poca promoción para que participen o hay obstáculos sociales y culturales que las limitan? Cuáles son los requisitos que deben cumplir las mujeres que quieren ingresar a la PNC? Son requisitos apegados a la realidad de las mujeres salvadoreñas? Qué tipo de discriminaciones sufren las mujeres policías, por el simple hecho de ser mujeres? Qué fortalezas y potencialidades muestran estas mujeres y en qué forma, la labor de seguridad pública que desempeñan, les desarrolla cualidades que hasta ahora solo son asociadas a los hombres policías. Los hallazgos reportados resultaron más que interesantes y a partir del análisis de los datos encontrados, el grupo logró sensibilizarse en el tema y tener una mejor comprensión del papel de las mujeres en el campo de la seguridad pública.

 

Para optar a ser policías, las mujeres deben gustar de la aventura, de las emociones fuertes, trabajar bajo presión, ser tolerantes, tener autodominio de sus emociones, estar dispuestas a grandes jornadas de trabajo, ser independientes emocionalmente, y poder tratar con personas de barrios y colonias como con personalidades de alto nivel. Se exige una actitud y personalidad muy positiva, no colérica, irreflexiva o tozuda, con mucha motivación e interés, capacidad para trabajar en equipo, comunicarse con los demás y alto nivel de adaptación y capacidad para resolver conflictos. Deben tener aptitud de servicio, ser leales a la institución, respetar los derechos humanos, tener ética y disciplina. Todas estas cualidades son exigidas tanto para mujeres como para hombres.

 

En cuanto a características físicas, las exigencias son diferenciadas: las mujeres deben tener una estatura mínima de 1.55 mts., mientras que los hombres deben medir 1.60 mts., con edades mayores a 18 y menores de 28 para ambos sexos. Además de requisitos académicos básicos, se exige no tener tatuajes ni coronas en las piezas dentales frontales, ni cicatrices grandes y visibles que favorezcan la identificación personal. Hombres y mujeres deben pasar pruebas físicas y médicas, por igual.

Psicológicamente, deben cumplir con un perfil muy alto: ser una persona con dotes de liderazgo pero con capacidad de acatar órdenes, confiar en los demás pero guardar un punto de desconfianza inicial, no ser rencorosa y saber perdonar, conciliadora y que evita el conflicto violento y el uso de agresividad, que tiene dureza emocional y poca sensibilidad, entre otros.

 

Para el caso de las mujeres, se pide que no debe haber dado a luz, tenido una cesárea o aborto durante los 3 meses previos a la realización de las pruebas ni estar embarazadas, ya que en caso de riesgos de salud, la PNC no se hace responsable. Es obvia la discriminación puesto que no hay requisitos alternativos para la condición reproductiva de las mujeres.

 

Formalmente, las exigencias para hombres y mujeres son las mismas, excepto en lo que toca a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, y sobre todo para la condición de embarazo y la maternidad, donde las policías no cuentan con consideraciones adecuadas para conciliar su trabajo con todas las exigencias que implica el rol de madres.

 

El porcentaje de mujeres en la PNC no corresponde con el total de la población en su conjunto (52.9%), pero en términos absolutos no son pocas las mujeres que, a pesar de las restricciones culturales propias de nuestra sociedad machista, se han atrevido a formar parte de esta corporación policial y cumplir con todos sus requerimientos.

 

Cabe señalar que no fue posible indagar cuantas mujeres están participando en el Movimiento de Trabajadores de la Policía Nacional Civil (PNC), pero durante las movilizaciones que realizó este movimiento en meses pasados, siempre hubo presencia de mujeres.

 

Como información adicional, el equipo investigador realizó un detallado estudio sobre la Unidad Institucional de Atención Especializada a mujeres en situación de violencia, creada en la PNC para brindar atención en condiciones de higiene y privacidad, con atención de calidad y calidez. Dicha unidad ha contado con la asesoría cercana de varias organizaciones de mujeres, lo cual está permitiendo un abordaje adecuada del fenómeno de la violencia de género y una supervisión profesional a las denunciantes.

 

Como conclusión de su trabajo, el grupo de estudiantes destaca que “todos los obstáculos se pueden vencer si cada una de las mujeres tomara conciencia de sus capacidades y habilidades, poniéndolas en práctica para alcanzar sus sueños y metas, dejando de lado todas las creencias erradas, aprendidas a lo largo de su vida, y transmitiendo a las nuevas generaciones, valores que fomenten la igualdad y equidad de genero”.

 

*Coordinadora de la Unidad de Género de la Universidad Luterana Salvadoreña

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