Valoraciones sobre la gestión de un año de gobierno

Daniel B. Mina*
 
Con base resultados de un estudio al que han llamado: “El Salvador. Año político”, el Departamento de Estudios Políticos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), a lo que sumamos encuestas realizadas por La Prensa Gráfica y el Diario de Hoy,  así como balances de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) y la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), el balance del primer año del gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén es negativo en la mayoría de aspectos por ellos documentados, destacándose en estos efectos los temas de seguridad pública y el económico. 
 
Apuntamos al respecto que las encuestas de ambos medios, si bien contienen preguntas que inducen la respuesta negativa de los encuestados, lo cual puede traer consigo por cientos mayores de negatividad, lo cierto es que no hay que ser muy preceptivos para valorar que tanto seguridad como economía, son temas que no andan bien para los salvadoreños, especialmente los siempre más afectados: los pobres. Cifras diarias de muertos de 12.2  muertos diarios, índices elevados de desempleo y subempleo y lo peor, no el bajo crecimiento económico, si no el desigual reparto de la riqueza, avalan estas afirmaciones.
 
Sobre el acápite económico los grupos antes señalados apuntan a que pese a la apertura de diálogo que el presidente de la República, ha mostrado para recuperar la relación del Gobierno con el sector privado, todavía no se han obtenido “resultados concretos”.
 
Agregan que “debe señalarse que no obstante la disposición de diálogo entre ambos actores, privado y gubernamental, diferentes circunstancias al primer año de gestión han debilitado los acercamientos promovidos por el mandatario”. Al respecto señala que el sector privado “reprueba” la falta de diálogo sobre la reforma tributaria, la aprobación del endeudamiento y la poca información sobre la posible incorporación del país a Petrocaribe.
 
Estos son puntos claves, FUSADES, ANEP, ASI y los medios de prensa antes señalados, como defensores de los poderes fácticos del país, de la oligarquía salvadoreña, defienden que los grandes capitales salvadoreños no paguen lo que en realidad deben pagar al fisco, probablemente defienden también que sigan siendo los grandes morosos de los tributos que debieron haber pagado luego de las grandes ganancias que obtienen todos los años a costa de los trabajadores y trabajadoras. Sin ningún recato hablan del endeudamiento y no señalan que sería menos si se pagara al fisco lo que se debe y se pueda utilizar para saldar la deuda. Por supuesto, sobre “Petrocaribe” no falta la carga ideológica, omiten por defecto que todos los países que pertenecen a esta entidad se benefician con precios favorables en los combustibles. Lo que les preocupa es la competencia que los sectores del gobierno vinculados a Alba petróleos le hacen.
 
Igualmente valoran que la constitución de la Comisión para Asuntos Laborales que anunció el mandatario salvadoreño en febrero del presente año, con el fin de establecer una interlocución entre el gobierno central y el sector de los trabajadores, ha sido calificada por el sector privado como “una violación” a tratados internacionales. Destacamos que el costo de la canasta de alimentos en El Salvador es de $185.00 y el salario promedio es $106.00 en las zonas rurales y de $212.00 en las zonas urbanas, según datos actualizados del ministerio de economía. La pretensión del sector privado es echar a la calle a los trabajadores y ni siquiera pagar una indemnización o que la clase obrera salvadoreña no se organice en sindicatos, a eso es a lo que realmente le temen.
 
A la vez defienden el FOMILENIO II, por la participación estadounidense y los beneficios que le dará a los grandes capitales salvadoreños que están invirtiendo en la zona costera para hacer los grandes negocios relacionados al turismo, para nada les importa el medio ambiente o las afectaciones a las comunidades pobres de la zona. 
 
Por último, aunque no menos importante, FUSADES, por boca de su director del Departamento de Estudios Políticos (DEP), Luis Mario Rodríguez, defendió en entrevista ante canal de televisión la subasta como único medio de concesión de frecuencias del espectro radioeléctrico, vinculando el tema a la supuesta defensa de la libertad de expresión.  FUSADES defiende a los oligopolios mediáticos salvadoreños y niega la comunicación como un derecho humano.
 
La lógica de los mencionados es simple, todo es mercancía y todo se vende al mejor postor, defiende a ultranza el neoliberalismo más brutal, ese neoliberalismo que ha llevado a El Salvador a los niveles de pobreza en que estamos. Quieren que la brecha entre los 160 millonarios salvadoreños que acumulan más del 75 % de las riquezas del país, 21 mil millones de ganancias líquidas según informe de OXFAM y los pobres se convierta no en brecha, sino en abismo insondable.
 
Hasta aquí la valoración del análisis que del año de gobierno hacen los grupos de pensamiento vinculados a los poderes fácticos oligárquicos y la oposición política que estos realizan. La impresión que sacamos es que el proyecto político de ARENA, no termina de definirse claramente entre un liberalismo puro, uno democrático o un rancio mercantilismo, pero al menos es clara cuál es su inclinación económica, pues todos sabemos quiénes son los que financian sus campañas y cuáles son sus intereses económicos.
 
Con relación al gobierno del partido FMLN, el Presidente en su discurso por el año de gobierno, el Vicepresidente, Secretario Técnico de la Presidencia, Secretario de Transparencia, el Secretario General del FMLN y otros analistas, han planteado de manera general que el año ha sido exitoso en temas cruciales como  el enfrentamiento a las maras y pandillas, la atracción de inversiones, crecimiento económico por encima del 2 por ciento, mantenimiento de los paquetes escolares y otros programas del gobierno anterior, entrega de títulos de propiedad de la tierra a campesinos, entre otros.
 
Analizar lo antes planteado arroja las siguientes valoraciones: 
Respecto al tema de seguridad el enfrentamiento directo al accionar de las maras y pandillas sobrepasa cualquier política anterior. “Mano Dura” y “Súper Mano Dura”, se han quedado pequeñas. Los pandilleros muertos, según palabras de los responsables de la PNC, son la mitad de los algo más de 4000 muertos en un año de gobierno. Esto suma los muertos abatidos por la policía y las fuerzas armadas y los propios muertos en los enfrentamientos entre las propias bandas rivales. Lo que evidentemente está lejos de las promesas pre electorales, es la reinserción de los miles de presos en las sobre pobladas cárceles del país y nos queda claro que con represión no se resuelve la situación.
 
Sobre el tema económico insistimos en que el crecimiento no es el tema fundamental para mejorar la mala situación de la mayoría de las familias salvadoreñas. El problema fundamental sigue siendo la distribución de la riqueza, en un país donde, como plantemos anteriormente se amplía el abismo entre los que tienen todo y los que no tiene prácticamente nada. Los paquetes escolares y los otros programas implementados por el gobierno anterior y continuado por el actual, son medidas asistencialistas, paliativas ante la crítica situación que se vive, no resuelven el mal de fondo relacionado a un modelo neoliberal de servicios dependiente de las remesas de los salvadoreños en el exterior, especialmente en los Estados Unidos.
 
La pregunta que nos tenemos que hacer es si este primer año de gobierno nos augura que los problemas de fondo, sistémicos, van a ser abordados por el actual gobierno en su segundo año y tal parece que la respuesta es negativa. Para esto nos basamos en las palabras del Secretario General del FMLN al periódico El Mundo y citamos: “No hay necesidad de tocar el sistema en su funcionamiento económico, en su sistema electoral, en su conformación política, en la Constitución, es decir, todo eso tiene que ser sostenido en estos esfuerzos que nosotros le llamamos socialismo”.
 
Creemos que el fundamento de esta reflexión política sobre el rumbo del partido FMLN, es la forma de legitimar un rumbo que ya de facto habían tomado hacia una manera de visionar el ejercicio de la política y el poder fuera de los verdaderos objetivos socialistas, hacia una nueva forma de operar capitalista, con una praxis de orientación social en el sentido de una  redistribución más equitativa de la riqueza desde el Estado, siguiendo las posturas clásicas de la socialdemocracia. 
 
A partir de aquí se entiende el presente modelo económico mantenga casi intocable la  concepción neoliberal que heredó de la época de los gobiernos del partido  ARENA y del gobierno de Mauricio Fúnez y que el propio programa “El Salvador Adelante” como programa de gobierno, para nada se refiera en sus páginas 21 y 22 donde se refieren a objetivos, ejes y prioridades del gobierno, a tocar los fundamentos del modelo neoliberal que prima en el país.
 
Los intereses de quienes están detrás de la institucionalidad partidaria que gobierna, siendo capitalista la nueva actividad que realizan muchos miembros de la dirigencia del FMLN, los sitúa en una posición de clase que parece haber definido un tipo de pensamiento político, “evolucionado” para unos o “involucionado” para otros, por supuesto a partir de su nueva posición de clase. Un nuevo interés económico capitalista genera un nuevo tipo de interés político y como dijo un día Carlos Marx, “el hombre piensa como vive”.
 
Tal parece que el actual gobierno cuando se refiere al “Buen Vivir”, en realidad tiene puesto los ojos en un modelo de capitalismo que se parecería mucho más a Costa Rica, que al modelo clásico del Buen Vivir que se construye, por ejemplo, en Bolivia. Esperar cambios dramáticos de un modelo dependiente de los servicios vinculados a las remesas de los salvadoreños en el exterior a un modelo más inclusivo hasta el momento no tiene fundamento en las acciones del actual gobierno.
 
*Colaborador del Consejo Editorial de la Universidad Luterana Salvadoreña

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